martes, 15 de febrero de 2011

Valor de ley


El viernes pasado estuvimos en Mediamarket buscando unos cd's y, casualmente, pasamos por la sección de películas antiguas. Me fijé de pasada en una carátula en la que salía John Wayne, el actor favorito de mi abuelo Santiago. No le di más importancia. Cuando al día siguiente fuimos a ver Valor de Ley al cine, no sé por qué me vino a la cabeza que la carátula en la que me había fijado el día anterior era de una película con el mismo título, lo que me pareció demasiada casualidad.
Y no me equivocaba: la película de los hermanos Cohen que hay actualmente en cartelera es "un remake" de un clásico del año 1.969, dirigido por Henry Hathaway y protagonizado por el cowboy por excelencia, Mr. John Wayne (título original en ambos casos: True Grit). Y lo escribo entrecomillado porque, según palabras de los Cohen, no se trata de un remake de la película de Hathaway, sino de una nueva versión del libro original de Charles Portis.
Generalmente los remakes no me gustan demasiado, salvo contadas excepciones. Este sería uno de esos casos. A pesar de que reconozco que no he visto la cinta original, lo que ví el sábado me gusto mucho. Ni me dormí en el asiento ni me aburrí, lo cual últimamente es todo un hito.
Guión bueno, no sé si fiel al libro en el que se supone que está basado, pero muy correcto. No pierde ritmo, y no te pasas la peli pensando que ya sabes lo que va a pasar. Es un western clásico, para mi casi tan recomendable como el Sin Perdón de Clint Eastwood (espero que nadie se me tire a la yugular, porque sí, sé lo que significó Sin Perdón para el género).
Como acabo de decir, tanto la película actual como la original del año 69 son adaptaciones de un libro de Charles Portis. La historia empezó en el año 1968, cuando el periódico norteamericano The Saturday Evening Post publicó una novela por entregas que encantó a los lectores. Un año después el libro se había convertido en un best-seller, se enseñaba en los colegios, y fue adaptado a la pantalla con la peli de Hathaway. Pero lo que a mi parecer es el gran qué de todo esto es que consiguió que la expresión "valor de ley" pasara a formar parte del idioma: desde entonces se le asocia la idea de la clase de coraje terco y engreído que puede hacer que una persona salga de unas circunstancias incomprensibles, un concepto esencial del carácter norteamericano.
En cuanto a los actores, creo que están estupendos, desde el primero hasta el último. Jeff Bridges me encantó, no sé por qué no se dedica a hacer pelis serias como esta en vez de perder el tiempo con pelis-palomitas como Tron Legacy (y eso que me declaro fan de Tron desde que era una enana, he visto Tron Legacy y, para colmo, me gustó... sí, vergonzoso, ya lo sé). Josh Brolin, que tiene un papel protagonista aunque corto, también me gustó mucho. Matt Damon está bien, aunque sí que es cierto que quizás su papel no es tan lucido como los otros dos, pero aún así está estupendo. La niña, Hailee Steinfeld, a la que admito que no conocía antes de esto, hace un papelón. De hecho, tanto Jeff Bridges como ella están nominados a los Oscar por sendos papeles. Por algo será.
Por cierto, como curiosidad decir que el montaje es de Roderick Jaynes, seudónimo que utilizan los hermanos Cohen cuando se presentan al Oscar en la categoría de montaje/edición. También mencionar que uno de los productores es el mismísimo señor Spielberg. Y para acabar decir que, si os fijáis en los carteles de las dos películas, veréis que tanto Jeff Bridges como John Wayne, que interpretan el mismo papel, el del marshall borrachín y ex-miliciano confederado Rooster Cogburn, llevan un parche en el ojo, aunque uno en el derecho y otro en el izquierdo.
En fin, que es una peli sinceramente muy recomendable.
Si queréis saber más: http://chacalx.blogspot.com/2011/01/pressbook-de-valor-de-ley-true-grit-de.html
:)

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