viernes, 27 de junio de 2008

La Eurocopa



Empecemos dejando las cosas claras: nunca me ha gustado el fútbol. Siempre me ha parecido un auténtico martirio tener que soportar un partido por la tele, y he sido capaz incluso de irme a dormir a las ocho de la tarde con tal de no tener que quedarme sentada en el sofá sufriendo semejante tortura. Porque ver y escuchar un partido por la tele es eso, una tortura china.
Hace unos años descubrí con sorpresa que la cosa cambia drásticamente cuando una se desplaza hasta el campo. Sentada en el Camp Nou entre auténticos hinchas profesionales (los hay que incluso se llevan fundas de ganchillo para cubrir las butacas, su visera y su manta tricotada de lana gruesa, todo con los colores de su equipo, más su nevera de cámping y su radio a pilas con pinganillo incluído) comprové que se puede pasar un buen rato si el ambiente acompaña, a pesar incluso de que los veintidos individuos de pantalones cortos sigan a su rollo sobre el césped igual que se les ve hacer por la tele.
A causa del fútbol tengo que dar las gracias a los dioses, ya que anoche lloré de la risa viendo un partido, cosa que no habría creído posible ni en la peor de mis pesadillas. Y es que ahora resulta que no solo no se han fundido a España en cuartos (como pasa siempre), sino que el domingo va a jugarse la Eurocopa contra Alemania... Estará contento el dueño del Media Markt.
(http://www.eurocopafutbol.com/mediamarkt-ya-esta-devolviendo-el-dinero-a-los-clientes-por-pasar-de-cuartos/)
Así las cosas, anoche también descubrí que lo mejor es bajar el volumen de la tele por completo cuando dan un partido. Yo que pensaba que nada en el mundo podría conseguir que el fútbol televisado pasase de la megacategoría de martirio a la minicategoría de agobio, y parece ser que la culpa de todo era de José Ángel de la Casa.
Ahora bien, para mi el fútbol sigue siendo ese gran desconocido... Y es que hay cosas que no entiendo, y no me refiero al fuera de juego, gracias chicos (el fuera de juego se produce cuando un jugador del equipo A recibe el esférico y no hay ningún jugador del equipo B -normalmente el portero- entre el susodicho receptor y la portería). ¿Dónde está la gracia de ver a unos tíos que se pasan el rato a trote cochinero (no se vayan a cansar corriendo), que se quejan por cualquier toquecito de nada como si les estuvieran destripando vivos, y que no son capaces de colar una pelota entre tres palos enoooormes en nada menos que noventa minutos?!
Total, que si el domingo me entero de la hora del partido (no hay problema, los gritos de mis vecinos son infalibles) me pondré el fútbol a ver si me aclaro. Al final va a resultar que la cosa no es tan mala como la pintan. Misterios de la humanidad...

miércoles, 25 de junio de 2008

Aventuras en el consulado


Faltando a mi sana costumbre de dormir hasta tarde los días que no tengo que aparecer por el trabajo, a las ocho y media he conseguido colocarme en posición vertical y llegar al lavabo, eso sí con los párpados aún ganduleando entre legaña y legaña. En un momento me he despedido de ellas y las he enviado en un crucero de lujo por el desagüe del lavamanos. Un actimel y un yogur de piña después ya estaba a punto para la primera parada de la mañana: la oficina de la seguridad social.

Nada más entrar nos hemos agenciado un par de números del turnomátic. Como la funcionaria del mostrador más cercano no estaba atendiendo a nadie y nos estaba mirando fijamente mientras arrancábamos los papelitos, he pensado en evitarnos una larga espera para después hacerle perder el tiempo a ella. Así que he levantado la tarjeta sanitaria europea del año pasado hasta la altura de mi cara y le he preguntado: "¿Necesitamos algún papel para renovarla o basta con el dni?", a lo que ella, como buena funcionaria que se precie, nos ha contestado "Coje un número y te lo decimos"... Si es que para ser funcionario no vale cualquiera... Podría haber intentado aclararle que no le había pedido que me la renovase, sino solamente que me dijera si tenía que traer algún papel que no hubiese traído, pero he pensado que no valía la pena el esfuerzo y nos hemos sentado a esperar. Afortunadamente, cuando ha llegado nuestro turno nos han atendido en otra mesa y, al cabo de un momento, ya teníamos las tarjetas nuevas.

Después de desayunarnos uno de los impresionantes bocatas que hace el amigo Antonio en la granja de al lado de casa, hemos cogido el tren a Barcelona. Para llegar al consulado de Grecia hay que ir con la línea verde de metro hasta la parada de Mª Cristina (la que está delante del Corte Inglés de Diagonal), salir a la calle y caminar por la avenida Diagonal en dirección al centro comercial de La Illa. El consulado está en el edificio que hay justo antes del hotel Hilton, y la entrada está en un lateral, de frente a la misma puerta del hotel.

Subimos a la sexta planta, leemos bien los letreros para no llamar al timbre del consulado polaco (també és casualitat que siguin veïns) y entramos. Nos encontramos con una señora sentada en una mesa a nuestra izquierda que está tecleando en el ordenador. Prácticamente no levanta la mirada de la pantalla para mirarnos. La saludamos y obtenemos por respuesta un gruñido, será para que vayamos acostumbrando el oído al froñekefroñe de la abuela del anuncio... Empiezo a explicarle que nos queremos ir de vacaciones a Grecia este año y que si... "todo está en estanterías allí"... y sigue tecleando sin inmutarse por haberme interrumpido.

Con más sorpresa que cabreo, pienso un momento en su patente desconocimiento de los dos idiomas locales y en la mala imagen que nos acaba de dar del consulado y, por ende, de su país. Me empieza a dar mal rollo el viaje. Mientras tanto caminamos hacia las estanterías y revisamos los pocos panfletos desordenados que contienen. El mal rollo aumenta. Nos damos cuenta de que en cualquier agencia de viajes podrían habernos facilitado mejor información. Confirmamos que Macedonia, Tesalia, Tracia, Lidia..., no existen. La península del Peloponeso, afortunadamente para nosotros, tiene una pequeña mención en forma de tríptico general (¡un tríptico, como los que te dan con información sobre la gripe en la seguridad social!)... Seguimos buscando, el mal rollo llega al nivel de "esto tiene muy mala pinta". Encontramos un minimapa de Atenas y el Peloponeso... Se salva con un suficiente una guía general de Atenas (se salva hasta que llegamos a casa y al ojearla veo que es una edición antigua del 2.004)... Me da por mirar a la mujer de reojo y veo que sigue a lo suyo. Visto el panorama, nos agenciamos un papelito de cada color y nos dirigimos a la puerta. Al pasar por delante de la señora, nos arriesgamos a preguntarle si podemos usar nuestro carnet de conducir en Grecia sin necesidad de ningú permiso adicional, y ¡oh sorpresa!, es capaz de articular un "sí, no hay problema". Nos despedimos y salimos por patas de la oficina...

El año pasado estuve en el consulado irlandés por la misma razón que hoy he estado en el griego. La chica que me atendió me hizo pasar a una sala, me ofreció una silla, estuvo un rato hablando conmigo mientras me iba comentando la completísima colección de mapa del país, guía de hoteles, guía turística general,..., que me dió. Me preguntó qué idea teníamos para recorrer el país y me dio buenos consejos que nos facilitaron mucho el viaje, el más importante de los cuales fue respecto al tiempo que deberíamos dedicar a cada zona, aproximadamente, para no desaprovechar los días. Gracias a ella cambiamos nuestra idea de estar más de tres días en Dublin y pudimos disfrutar mucho más del Parque Nacional de Killarney...

Estoy pensando que la imagen que me dio la chica del consulado irlandés fue la que luego me llevé del país cuando estuve de visita: la gente es muy amable y todo está limpio y ordenado. Así que el mal rollo ha seguido aumentando y ahora ha entrado en el nivel crítico de "valorando posible replanteamiento de destino". Lo único que ha conseguido contener la masa crítica hasta ahora son las historias que he leído de los sitios que me gustaría visitar y las fotos que otros que ya han estado han colgado en internet...

martes, 24 de junio de 2008

Este año nos vamos a Grecia


Pues eso, que ya lo hemos decidido: este año a recorrer la península del Peloponeso, y luego a Creta, Santorini y Rodas. Tiene buena pinta, a ver qué nos cuentan mañana en el consulado de Grecia en Barcelona. El año pasado estuvimos recorriendo el sur de Irlanda, y nos vino muy bien la información que nos dieron en el consulado irlandés antes de irnos, así que este año repetimos.

Aún no tenemos muy claro el recorrido, pero sí que tengo en mente varios sitios que me gustaría visitar si es que al final conseguimos organizar un viaje coherente: Esparta, Olimpia, Delfos (a ver al oráculo, jejejeje), Micenas (a pasar por la Puerta de los Leones!!), Corinto, Atenas, en Creta a ver el palacio de Knosos (el que decían es el famoso laberinto del Minotauro de las leyendas), en Santorini a disfrutar del paisaje de las casas encaladas sobre la pendiente, y en Rodas a ver el puerto en el que se suponía hasta hace poco que había estado la famosa estatua del Coloso (ahora parece ser que estuvo en Rodas, pero en una montaña, según este artículo: http://www.lacoctelera.com/nicky-marrero/post/2008/04/18/descubren-emplazamiento-del-mitico-coloso-rodas )... Me hacía muuucha ilusión ir a ver los monasterios de Meteora, pero quedan muy al norte y no creo que tengamos tiempo.
(http://www.grecotour.com/grecia-peninsular/monasterios-meteora-kalambaka.htm).

En fin, ya tenemos las guías del Trotamundos (las compramos en la Fnac la semana pasada), así que a ver mañana qué nos cuentan.
:)

Información:

- Consulado de Grecia en Barcelona:
Av. Diagonal 593, 6º 2ª
Tel. 93.321.28.28
hellasconsbcn@telefonica.net
Horario de atención al público: de lunes a viernes de 9:30 a 12:30

- Más webs con información:
http://www.dearqueologia.com/
http://http://www.greciavacaciones.com/
http://www.arquired.es/users/guiabizkaia/Turismo/grecia/rodas/
http://www.grecotour.com/
http://www.kalipedia.com/historia-universal/tema/edad-antigua/

viernes, 6 de junio de 2008

De paseo... por Benviure

Lo malo de que llegue ya el buen tiempo, a parte de la aún evidente falta de agua, es que se termina la temporada de espárragos. Saliendo como salgo todas las tardes (fines de semana incluídos) a caminar un par de horas por la montaña con Terra, siempre se agradece el poderse entretener jugando a buscar cosas, dícese a Wally, dícese erizos, ardillas, lombrices de tierra, saltamontes, tórtolas, gorriones, musarañas, golondrinas, murciélagos, ratones de bosque, topos, jabalíes, víboras, o cualquier otro de los bichos que tenemos al lado de casa y que nos encontramos en nuestra caminata todos los días. Y hombre, tampoco es que le hagamos un feo a un manojillo de espárragos para cenar.

Tenemos la suerte de vivir en una especie de península boscosa, ya que Sant Boi se encuentra rodeado de montaña y bosque por todas partes menos por una, que es precisamente por donde el río Llobregat nos separa de la vecina Cornellà.

En el resto de direcciones estamos prácticamente rodeados por el parque forestal del Montbaig. La montaña más célebre de la zona es la de Sant Ramón, con su ermita en la cima (unos 389 metros de altitud). Bueno, la verdad es que Sant Ramón es el nombre por el que se la conoce pero no es su nombre auténtico. En realidad la montaña de Sant Ramón no es otra que el Montbaig, pero casi nadie lo sabe (ni siquiera la mayoría de los santboyanos), puesto que desde hace mucho tiempo popularmente se llama siempre a la montaña por el nombre de su ermita.

Sant Ramón comparte aledaños con el valle de Santa Bárbara, el estrecho de Roques camino de Sant Climent, el Bori, Can Carreres y Can Paulet en la falda de la montaña de Sant Ramón, que termina en la zona de Benviure antes de volver a subir, esta vez en el centro del pueblo, la corta pendiente de la Montañeta y el Puig del Castell.

Aunque es posible encontrarlos en cualquier parte, incluso en pleno parque de la Montañeta, la zona de bosque más accesible para recoger los codiciados espárragos es, quizás, la de Benviure. El acceso está un poco escondido y no se vé a simple vista desde la calle, pero hay varios caminos que suben desde el estadio del club de fútbol Marianao. Este de la foto es uno de ellos.


Una vez que estamos en el camino de subida, hay algunos trozos en los que puede parecer que se pierde una en medio de la nada verde, pero si miras hacia arriba y ves las copas de los pinos como a diez o quince metros por encima de tu cabeza (es un bosque viejo), da gusto quedarse un rato en silencio escuchando solo los ruidos del bosque. De todas formas, lo de perderse solo es una sensación ya que el camino, aunque estrecho, está perfectamente delimitado (es zona de paso a pie de los vecinos de las casas del pie de la montaña).


Para volver a casa siempre me gusta tomar la pendiente que va desde los palomares a las pistas municipales de petanca, ya que atraviesan una zona sin árboles invadida por la retama y la vegetación baja. Suele ser vegetación muy resistente por estar expuesta a las constantes rachas de viento que soplan todo el año en ese lado de la montaña. Cuando la retama florece, seguir el camino por entre los arbutos amarillos que te sobrepasan en altura es toda una experiencia. Solo hay que tener cuidado de no hacerse ningún arañazo en la cara, porque el camino aquí se estrecha aún más y las ramas de los arbustos grandes de retama están rematadas por unas puntas agudas.

¿En qué parte del recorrido estaban los espárragos? Eso, igual que hacen los boletaires cuando les preguntan dónde encontrar las setas, creo que nos lo vamos a guardar Terra y yo.
¿O es que pensábais que os lo íbamos a contar todo?
;P